11 septiembre 2006

La Vida Secreta De Las Plantas






















En mayo, cuando finalmente fui consciente de que me había trasladado a Granada para quedarme y que no sólo había sido una huida hacia delante -¿se puede huir hacia atrás?, ¿se puede huir hacia los lados?, ¿debería ver más películas tipo Sé lo que hiciste el último verano para instruirme sobre el tema de las huidas en desbandada y sin ton ni son?-, en mayo, decía, decidí comprar algunas plantas para adornar mis balcones, en mi apartamento, pese a ser de reducidas dimensiones, tengo dos balcones, pequeños eso sí. Así que me fui a la floristería de mi barrio y compré varios geranios, una flor del sol y un clavel. Los geranios estaban preciosos, rojos, rosas y colgantes, hasta que un día los noté diferentes, descoloridos, tristes…… un piojo, proveniente de Africa, los estaba atacando, ¡que también son ganas de venir desde tan lejos para matar a cuatro geranios inocentes! Todavía me sobrevive alguno, con más pena que gloria, con más aspecto de “yervajo” que de planta ornamental. La flor del sol es una fiera, no para de echar flores, pero como sólo se abren cuando sale el sol y yo por casa paro poco de día pues no puedo admirarlas en todo su esplendor. En cuanto al clavel, sus flores eran de un hermoso naranja pálido, cuando lo compré tenía varios capullos a punto de abrirse, de los varios sólo uno se abrió, el resto perecieron fulminados por el calor, ahora el clavel parece un puñado de palillos chinos tirados por descuido en una maceta. A parte mi madre me había regalado dos potos que nada mas llegar a mi mansión se declararon en huelga de hambre y comenzaron a languidecer de tal forma que me recordaban a desconsoladas heroínas tipo La Dama de las Camelias, pero finalmente han decidido afrontar su insípida vida y seguir en este mundo aunque negándose a crecer, ¿se habrán creído que son bonsáis? nada habría de raro en ello, ¿acaso Rajoy no se cree el verdadero líder del PP? También me regaló una maceta de albahaca y una maceta de albahaca…., no me repito, es que la primera decidió abandonar este mundo a las dos semanas escasas de estar conmigo, la segunda ha luchado por seguir existiendo y tuvo un momento de verdadero esplendor, pero cada día que pasa la encuentro más decaída y descolorida, se que ella también se irá…snif! y una maceta de cintas, otra que se niega a crecer ¿complejo de Peter Pan? no, puro capricho, al parecer el otoño es su estación preferida y comenzará su desarrollo en cuanto El Corte Inglés de por cerrada la moda otoñal que coincidirá con el momento en que la naturaleza entiende que ya es otoño, ¡así me lo aprendí yo¡. Una compañera del curso de Formación Ocasional digo Ocupacional, me regaló un cactus sin espinas, aunque quizás no sea un cactus, pero mi ignorancia sobre temas de flora es enorme y eso que recuerdo la imagen del padre Mundina rodeado de exuberantes macetas; este si que crece pero es de tallo delgado y “cabeza” prominente (el cactus, no el padre Mundina), esta característica le obliga a curvarse y me temo que terminará por tener problemas de columna ¿la operación la pagará la seguridad social?. Por último tengo un ocupa, apareció un día, de repente y sin pedir permiso, cuando lo vi mi primer impulso fue arrancarlo pero me dio pena y ahora es la planta más hermosa que luce en mi balcón; crece tanto que temo llegar un día y encontrármela sentada en el sofá, viendo la tele y bebiéndose mis cervezas.


06 septiembre 2006

Por el agua de Granada solo reman los suspiros

Algunos detalles de esta ciudad que me fascina, para que la veais con los ojos con que yo la miro, con el ojo del corazón.






05 septiembre 2006

Deportes de riesgo


Descenso de cañones, ala delta, parapente, submarinismo, rafting, puenting, paracaidismo, escalada, jumping, esquí extremo, todas estas actividades se encuadran dentro del genérico “deportes de riesgo”; ni que decir tiene que yo NUNCA he practicado, ni practicaré ni estos ni ningún otro tipo de deporte, siempre he dicho que si Dios o la genética hubiesen querido que yo nadara, corriera, saltara o volara de una forma desaforada no me habrían hecho persona sino delfín, lince, canguro o halcón (Lady Halcón qué buena película! lastima de la banda sonora) o cualquier otro animal de cualidades semejantes. La gente acostumbra a invertir una pasta gansa y un tiempo precioso en estos menesteres, ninguna objeción, cada cual es libre de “escojonciarse” como le venga en gana, sin embargo si lo que buscan es sensaciones extremas yo puedo proporcionarles una al alcance de todos los bolsillos y que se puede practicar mientras realizas una actividad tan cotidiana como es ir a trabajar, para practicarla se necesitan tres cosas básicas: tener coche (casi todo el mundo lo tiene o puedes ir de copiloto), necesidad ineludible de desplazarte (siempre nos vemos obligad@s a ir de un lado a otro) y vivir en Granada (con venir de vacaciones está resuelto). Una vez que contamos con estos tres requisitos sólo hay que atreverse a introducirse en la vorágine circulatoria de esta hermosa ciudad; l@s motoristas no respetan un semáforo ni aunque se lo mande el médico y circulan por las aceras como centauros del desierto (qué buenisisisisisima película!), se cuelan y recuelan por cualquier hueco que descubran por entre los coches y si se encuentran con un amig@ que también va en moto pues pegan le hebra y circulan en paralelo, quienes conducen un coche también pueden pararse en seco porque han divisado a alguien que conocen caminando por la acera y claro, es de mala educación pasar de largo sin intercambiar algunas frases; meterse por dirección prohibida, si las circunstancias de embotellamiento lo requieren, tampoco es inusual y no parece estar mal visto. Pero donde de verdad se llega al climax de las sensaciones fuertes es en las rotondas. ¡Oh Dios!, en horas punta entrar en una de ellas representa un subidón de adrenalina que debe ser semejante al que experimentan los toreros cuando esperan al toro a “porta gayola”, porque nunca sabes hacia donde se dirigen los diferentes tipos de vehículos a motor que circulan en su interior, cuando crees que van a continuar dentro resultan que van a salir y viceversa, mientras tanto tienes a l@s de detrás tocando el claxon, que parece que les han clavado la mano en él, y cada pitido resuena en tus oídos y parece que repitieran “cobarde, gallina, no tienes cojones de entrar” y entonces te envalentonas y te decides a soltar el freno y a pisar el acelerador y … cierras los ojos mientras piensas ¡qué sea lo que Dios quiera!, cuando abres los ojos ya estás dentro y en cuestión de segundos sabes que tendrás que volver a arriesgar tu vida para salir de allí si no quieres pasarte dando vueltas a la rotonda hasta el día del juicio final; una vez que has conseguido abandonar ese endemoniado lugar te relajas y una sonrisa de satisfacción ilumina tu cara, pero qué poco dura! delante de ti hay otra rotonda y así hasta cinco más, cuatro veces al día, de lunes a viernes desde el 15 de mayo de 2006. ¿Dónde carajo te quitan los puntos del carné?, aquí seguro que no porque de otro modo ya se lo habrían retirado al 75% o más de los conductores que practica el suicidio/asesinato por estas calles.
En fin esta es la actividad extrema que me toca practicar, en contra de mi voluntad, sin embargo Granada cuenta con el mejor antiestresante que jamás nadie puedo inventar, a saber, LAS CAÑAS CON TAPA.
PD: Me alegro de haberme reencontrado, gracias a este invento de la blog, con quienes pensaba que ya no estaban.

03 septiembre 2006

Un año en Granada

Ya hace casi un año que me instalé en Granada; muchos más desde que, sentada en el muro del Patio de los Aljibes de la Alhambra, contemplaba el Albayzín imaginando que algún día viviría allí para poder mirar la Alhambra desde la ventana de mi casa; hace casi un año que vivo aquel sueño… y contemplo y disfruto y sueño la Alhambra, de día, de tarde, de noche, de madrugada, con sol, con lluvia, con nieve y con niebla.
Desde entonces he mantenido cierto nivel de comunicación con quienes he ido conociendo en el camino, pero a veces resulta difícil comunicarse con tod@s, es por eso que he decidido crear este espacio, para que tod@s sepáis qué es de mi vida por estos lugares y para que podáis dejarme vuestras impresiones, depresiones, emociones y todas la “ones” que os plazcan.

En estos meses me he dedicado más a observar la ciudad que al género humano que la habita, es por eso que de momento no puedo redactar crónicas al estilo de aquellas que os enviaba desde Dublín, pero todo se andará.
De momento si os puedo dar fe de tres cosas que no existen en Granda, a saber:
1.- Los intermitentes: conducir en esta ciudad se convierte en un admirable ejercicio de adivinación, con el tiempo te acostumbras a interpretar el más ligero movimiento de los vehículos para saber qué dirección van a tomar, especialmente en las rotondas; a veces me siento tentada de escribir a todos los fabricantes de coches para preguntarles si producen lotes especiales para Granada a los que no les incorporan los intermitentes. Nunca sentí tanto estrés, ni temí tanto por mi integridad física al conducir como en esta ciudad, ni tan siquiera en Portugal que ya es decir!
2.- Buenos días/Buenas tardes: La mayor parte de los granainos se debieron perder el capítulo de Barrio Sesamo sobre cómo saludar: “Hola, soy Coco. Por la mañana se dice buenos días……” El desconocimiento de estos atávicos saludos se da más en los centros oficiales, tipo delegación de la Seguridad Social, lugar que tuve el dudoso privilegio de visitar en un par de ocasiones a mi llegada aquí. Entro en el mencionado lugar y me pongo al final de la cola del mostrador de información, al otro lado había una persona del sexo femenino sentada en una confortable silla de oficina que, sin levantar la cabeza, inquiría al parroquiano de turno sobre el asunto que allí le llevaba, después de escuchar la explicación le largaba un papelito con un número impreso y le indicaba a qué mesa debía dirigirse, así uno tras otro; estamos en lo cierto si afirmamos que este no es precisamente un trabajo para sentirse plenamente realizad@, pero ¿es este motivo suficiente para que el proceso descrito se iniciase, invariablemente con un áspero y desagradable ¿QUÉ?? Ni un “buenos días”, ni un miserable “hola”, ni siquiera un ¿qué quieres?, tan sólo un horroroso ¿QUÉ? pronunciado en un desagradable tono. Cuando llegó mi turno decidí cambiar esta situación:
-¿Qué?- repitió ella una vez más
-Buenos días- respondí yo, utilizando el tono más amable que jamás me he escuchado a mi misma.
Ella levantó la cabeza, me miró sorprendida por mi saludo y se sorprendió aún más al contemplar la amigable sonrisa que dibujé en mi cara.
-Hola- se sintió obligada a decirme, y viendo que era incapaz de articular ninguna otra palabra le expuse el motivo de mi presencia en aquel lugar. Muy amablemente me dio el número correspondiente indicándome a qué mesa debía
dirigirme.
-Muchas gracias- dije yo manteniendo mi amigable sonrisa
-De nada- respondió ella intentando esbozar otra sonrisa, que por la falta de costumbre se quedó en una mueca sin expresión.
Cuando me tocó el turno en mi mesa me topé con un energúmeno y para entonces ya había decidido que no quería seguir dando clases de buena educación, así que acabé por levantarme de la silla, adoptando una actitud de gran insatisfacción con el trato recibido y me despedí con un irónico “Gracias, es usted muy amable”.
Por lo demás yo sigo usando los saludos tradicionales, tanto si me contestan como si no….esto debe ser la conocida “malafollá” granaina.

3.- El Bono-bus de 10 viajes: Hasta donde yo sé los bonos para viajar en trasportes públicos suelen ser de 10 viajes, caso a parte son los mensuales y cosas por el estilo, pero en Granada el bono-bus normal, el que usamos l@s mortales que no utilizamos tanto el bus como para sacarnos un mensual, que no somos tan jóvenes para tener el carné ídem, que no somos tan viej@s para viajar gratis…etc. es de 9 viajes!!!. El 10 es un nº redondo, el 9 no, si van cinco personas y quieren coger el bus para ir y volver el 10 es ideal, con el 9 habrá una persona que no podrá volver, ya ves tu la gracia!, la mitad de 10 son 5, la mitad de 9 son 4,5 por tanto cuando me queda la mitad del bono-bus ¿debo bajarme a mitad del recorrido?, ¿viajo con medio cuerpo dentro y el otro medio fuera?, Dios mío! Qué desatino!
En fin, estas son las cosas de Granada, y hay muchas más que ya os iré contando.
Para quienes no conozcáis el funcionamiento de esto dos notas:
1.- Si queréis estar al día debéis ir mirando el blog de tanto en tanto
2.- Si queréis dejar comentarios pinchar ahí, donde dice coments
Y por ahora nada más…..nos leemos
PD: si quereis dejar vuestros comentario, mensajes, etc., pichar ahí donde dice comments.