17 junio 2007

"Conectin pipol???"

Desde hace meses estaba planificando pasar unos días de vacaciones en Sabadell; desde que me vine a vivir a Granada hacía más de un año que no iba. Después de veinte años viviendo allí podéis imaginar la cantidad de gente a la que tenía que ver ni que fuese media hora para tomar una cerveza, solo estaré una semana y tengo que aprovechar el tiempo. Anuncio que voy, los días que estaré y quedo en ir llamando cuando llegue; de antemano ya tenía más o menos planificado el orden de “visitas”, no por la importancia si no por la disponibilidad de cada un@.
Cumplo con unos compromisos familiares y el martes cenita en Barcelona en restaurante con terracita en la calle, ¡ideal de la muerte!. Después de un año hay muchas cosas que contar y las cuatro que estamos cenando no paramos… me llaman por teléfono para quedar al día siguiente: “A las cinco y media, vale. Te llamo mañana y ya concretamos dónde quedamos. Adeu”. Como estamos en la calle no paran de acercarse vendedores de rosas: “No, no queremos. Gracias”. Después de la cena nos vamos a tomar una copa cerca del restaurante, algo rápido porque la única que está de vacaciones soy yo y las demás tienen que madrugar. Me voy al parking donde he dejado el coche, abro el bolso para coger las llaves y ¡oh Dios mío! no tengo el móvil. El restaurante está un poco más abajo así que corro a ver si me lo he dejado allí pero ya han cerrado. Cuando llego a casa llamo para bloquear el número. Por la mañana en información me dan el teléfono del restaurante, pero no hay manera de que me lo cojan, vuelvo a llamar a información ¡me habían dado un número erróneo! Por fin consigo contactar: “Espere que pregunto…..No, aquí no han encontrado ningún móvil”
No sé si creérmelo. En fin, me voy a hacer un duplicado de la tarjeta y a comprarme otro “selular” (como dicen en las telenovelas), paso por El Corte Inglés para ver a una amiga que trabaja allí y pedirle algún teléfono pero resulta que está de vacaciones… Total que me quedo “desconectin pipol”, además el duplicado no me funciona hasta el viernes, así que si alguien me llama no me entero. En casa de mi hermana hay una agenda en la que un día empecé a anotar teléfonos por si alguna vez perdía el móvil, pero sólo llegué hasta la letra C, así que llamo al único número de móvil registrado en esa entrada y resulta que la propietaria está en el hospital, a las seis de la mañana había sido mamá (Felicidades!!!!) Me da un número y al menos consigo acudir a la cita que tenía esa tarde, aunque dos horas tarde. Del resto nada de nada.
El misterio de la vida: ¿cómo conseguíamos antes estar en contacto? No teníamos móviles pero todo el mundo estaba en el lugar y a la hora acordados.
Tenía el móvil del trabajo, por si acaso, pero se me descargó la batería… no, no me había olvidado el cargador, pero no conseguía recordar el dichoso PIN.

Antes del día de autos había extraviado las gafas de sol y como no hay dos sin tres en el viaje de vuelta tuve un pinchazo. Paro en el arcén y, aunque cambiar una rueda no es nada del otro mundo, decido llamar al número de asistencia en carretera del seguro, que para eso lo pago:
YO: Hola. Verá es que se me ha pinchado una rueda y necesito que venga alguien
ELLA: Dígame la matrícula. ¿En qué población se encuentra?
YO: Estoy en la AP-7, kilómetro 438 (lo se porque estoy justo delante de la señal que lo indica)
ELLA: ¿En la autopista? Pero ¿en qué población se encuentra?
YO: En ninguna, estoy en la autopista. Hace un rato he pasado por Castellón
ELLA: Castellón de Jaén
YO: (Einnn??!!) No, Castellón de Castellón
ELLA: ¿Castellón de la Plana?
YO: Pues si, de la Plana
ELLA: De qué color es su coche
YO: Verde claro (después de un rato hablando con ELLA no me atreví a decirle que el color de mi coche viene definido como verde aguamarina…)
ELLA: No se retire. (Cinco minutos de espera) En cuarenta minutos llegará una grúa. Y la población no era Castellón, está usted en Villareal
¡Ya decía yo que no debía decirle lo del verde aguamarina!

Aprovecho la espera para sacar a Pepa (mi gata) de su cesta y darle de comer, además de ella también viajan conmigo mi madre y mi tía, pero ellas comen solas. Finalmente llega la grúa.

EL: Yo aquí no puedo cambiar la rueda, tendré que llevarla a otro sitio
YO: ¿Cómo que no?
EL: Es que es peligro tan cerca de la carretera, a veces los camioneros se duerme y nos pueden llevar por delante. ¿Usted me entiende?
YO: Si claro, pero puedo mover el coche hacía la valla (hay como tres metros más de distancia)
EL: No, no. Tengo que llamar a la compañía a ver que hacemos.

A todo esto EL ni se había acercado al coche por lo que no había visto las pasajeras que había dentro, al hacerlo cambió de opinión, parece ser que de repente los camioneros se había despertado y ya no había peligro de atropello. El resto del viaje sin novedad. Y mañana a trabajar. Mis próximas vacaciones las tengo en Octubre


5 comentarios:

elbuenaviador dijo...

De entre lo que planteas, lo que me parece más interesante es el tema de cómo quedábamos antes de supeditar nuestra vida al móvil.
Creo recordar que yo quedaba con antelación (y la cita era inamovible). Si faltabas había un cabreo, sin embargo el avisar vía sms o con una llamadita disculpa esta demora.
Además, eso de utilizar el teléfono a la ligera no era algo permitido en casa (y mucho menos cuando vives fuera y a tu aire, pues eres tú quien afloja la manduca).
Por eso, y por muchas más razones somos víctimas del móvil.

Si conduces no te puede faltar...quién sabe si te vas a quedar tirado en cualquier parte (véase tu pinchazo en Castellón o Villarreal), si estás lejos te permite tener a quien echas de menos algo más cerca (aunque sea conun simple mensaje).

En fin, empecé a coleccionar monedas y el Euro dio al traste con esa colección. Luego llegaron los sellos, y el correo electrónico los hizo pasar a mejor vida.

Lo próximo será ver cómo en dos años nuestros móviles de última generación se transforman en reliquias de museo.

Besos desde el Tajo.

Anónimo dijo...

El anuncio genial... y la vida, a veces absurda. (incluso mas)

¿aguamarina?

jeje

Besos

M dijo...

me ha hecho una gracia lo de que sacaras a la gata para comer, y que luego dijeras que tú tía y tu madre ya comen solas,... parece como si te estuviera viendo, me ha hecho una gracia, el tono.. y todo lo demás.
volver a sitios dónde uno ha sido feliz, aunque sea un ratito, siempre es algo extraño, como que pensaras que pudiste quedarte más, aprovechar un poco más, y casi siempre es falso.
bueno, que ya me pongo melodramatico...
munchos besos!!

Anónimo dijo...

AY PENA,PENITA, PENA.y yo que creia que era la única que ha llegado a odiar el dichoso aparato. por cosas del mvl no puedo recibir sms,pero la gente que los envia si le son cobrados.
¿donde puñetas estan todos mis sms?

Anónimo dijo...

Espero que tu estancia aqui no te haya causado estres y agobio. y pienses otra vez en volver. aqui hay otra mas que te quiere. besos a ti y a Pepa