05 noviembre 2006

No somos nadie


El pasado día 30 llegó a su fin mi periodo vacacional, dieciocho días de entrega total a la pereza, séptimo pecado capital según la clasificación de Santo Tomás de Aquino que la definió como falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad. Què tontería!. Ay! esos padres de la Iglesia que después de llevar una vida disipada y pecadora se convirtieron para fastidiar la existencia a la humanidad! Al final no hice nada de lo que había planeado, pues, como todo el mundo sabe, los planes están para no seguirlos, lo mismo que las leyes se hacen para no cumplirlas. Fui un poco a salto de mata, pero el resultado ha sido muy satisfactorio. Como empecé diciendo, el día 30 me reincorporé a mi puesto de trabajo, pero no me debió sentar muy bien la vuelta pues la noche del lunes al martes me vi atacada por unas fortísimas fiebres que me impidieron ir a trabajar (uno de esos virus que atacan a traición a personas inocentes como yo que no estamos por esto de la prevención), no os contaré mis desventuras con el Servicio Andaluz de Salud pues el estado febril en el que me encontraba pudo distorsionar mi percepción de los hechos, aunque no puedo por menos que lanzar una queja al aire y que la recoja quien quiera. Después del día de difuntos, festividad que celebré tirada en el sofá creyendo que estaba más allá que acá, volví al trabajo. Como es mi costumbre nada más levantarme conecté la radio y ¡oh, sorpresa! me entero que el grupo cervecero Mahou-San Miguel ha comprado el Grupo Cervezas Alhambra, por supuesto en el paqueta va incluida la santísima empresa en la cual tengo el dudoso privilegio de trabajar. Coincidencias de la vida, también por radio me llegó la noticia, aquel 15 de enero de 2004, del cierre de Samsung, también aquel fue un día lluvioso. El asunto no tiene mayor importancia y era de esperar, pero los caminos del Señor son inescrutables.
Ya terminé de leer el libro de Amin Maalouf Orígenes. El buenaviador me preguntó si este libro trataba sobre por qué unas personas son capaces de sentirse fuera de lugar en todos sitios o por qué otras son capaces de sentirse plenamente de cualquier parte allá donde van... no sé si el libro va de eso exactamente. Pero podría ser, pues, atreves de la historia de su familia, el autor traza líneas que convergen y divergen, que se tocan y se alejan y que han hecho que hoy él sea quien es y esté donde está. Eso nos pasa a todos, las causas de que estemos aquí vienen de muy lejos; si otros en otros tiempos y en otros espacios hubiesen tomado otras decisiones nosotros no seriamos quienes somos, puede que ni tan siquiera fuésemos, pero daría igual porque no lo sabríamos. Qué más da dónde estemos, qué importancia tiene haber nacido en un lugar u otro; no entraré ahora en disquisiciones sobre la suerte o desgracia de haber nacido en un país pobre o un país rico, no es ese el tema, lo que a mí me sugiere es la futilidad del YO SOY seguido de algún gentilicio, al final no somos más que el resultado de una suma de caminos que otros hicieron y que nosotros continuamos construyendo para que en el futuro otros sean; circunstancias ajenas nos trajeron aquí, circunstancias propias traerán a otros.

Si hay una imagen que pueda resumir mi personal interpretación de este libro, esa es la de los títulos de crédito de Con la muerte en los talones, creados por el genio de Saul Bass, aunque el título en castellano me encanta, el título original North by Northwest se ajusta más a esa idea de los caminos de la vida; Gary Grant, en su huida-búsqueda, viaja siempre en la dirección geográfica indicada por el título en inglés, aunque es una locura ir al norte por el noroeste, una dirección espacio-temporal cuyo verdadero sentido es la dirección vital hacia la que los caminos de otras personas le están llevando, para construir su propio camino, para construir el camino de otros. Las Itacas a las que cada persona llega rozando las estelas de otras naves.

Os dejo un par de citas del libro:
“Hay relaciones amorosas que funcionan en clave de nostalgia y alejamiento. Mientras se está en otra parte se puede maldecir la separación y vivir con la idea de que bastaría con acercarse. Pero al llegar, los ojos se abren: la distancia ampara el amor y si abolimos la distancia corremos el riesgo de abolir el amor.
Y por eso desde hace unos años cultivo la lejanía como si regase unas flores tristes en la ventana.”
“La vida les daba menos de los que nos da, pero también le pedían mucho menos, y no intentaban dirigir el porvenir tanto como lo intentamos nosotros. Somos generaciones arrogantes convencidas de que, al nacer, nos prometieron una dicha duradera.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

oficialmente inaugurado mi blog.
y también me frustró ese secuestro inicial de "con la muerte en los talones".
alucino con tu reflexión acerca de que somos producto de unas decisiones -en ocaciones errores, otras aciertos- de personas que nos precedne en nuestro deambular por la vida.
...dicen que todo es encuentro...
besos