Cada mañana veo un mundo distinto
Y así un año y otro año
y un siglo y otro siglo,
hasta dejar en estos aposentos,
donde resuena la voz del visitante
en la húmeda penumbra sin memoria,
en estos altos muros oxidados de sangre
y liquen y ajenos también e indescifrables,
esa vaga huella de muchas voces,
de silencios agónicos, de nostalgias
de otras tierras y otros cielos.
En la Alcazaba, Álvaro Mutis
1 comentario:
razones de sobra... como decía la petarda de Bebe en una bonita canción...
razones de sobra, la cosa es que la vida nos mueve hacia un lado u otro, hay veces que te marea o quizás intenta redirigirte...
qué sabe nadie...
mil besos!
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