21 abril 2007

Una razón para quedarme en Granada

Cada mañana veo un mundo distinto






Y así un año y otro año

y un siglo y otro siglo,

hasta dejar en estos aposentos,

donde resuena la voz del visitante

en la húmeda penumbra sin memoria,

en estos altos muros oxidados de sangre

y liquen y ajenos también e indescifrables,

esa vaga huella de muchas voces,

de silencios agónicos, de nostalgias

de otras tierras y otros cielos.

En la Alcazaba, Álvaro Mutis

1 comentario:

M dijo...

razones de sobra... como decía la petarda de Bebe en una bonita canción...
razones de sobra, la cosa es que la vida nos mueve hacia un lado u otro, hay veces que te marea o quizás intenta redirigirte...
qué sabe nadie...

mil besos!