02 abril 2007

Marzo llegó a su fin...

... y con él se fueron los inventarios, las auditorías y los excesivos excesos de trabajo...espero.
Bueno, por fin le puedo dedicar un poquito de tiempo a esta blog... dejada de la mano de Dios por imperativos laborales. Desde mi última entrada han sucedido muchas cosas de las que quería hablar pero se han perdido en el tiempo como lágrimas en la lluvia, así que trataré de ir resumiendo durante los próximos días.
Para empezar:
Hace unas semanas, bajo la amenaza de “lo voy a tirar todo sin miramientos”, me vi en la obligación de dar un repaso al contenido de diversas cajas almacenadas en el garaje de la casa de mi madre. La mayor parte del contenido me pertenecía, revistas, periódicos, recortes, apuntes, fascículos de coleccionables nunca completados, en definitiva todas esas cosas que acumulamos porque en un momento determinado nos parecieron lo suficientemente importantes para guardarlas. Luego, con el paso del tiempo, no sabemos porqué decidimos conservarlas y somos incapaces de apreciar la importancia que tienen si es que alguna vez la tuvieron realmente. Me pasé toda la mañana revisando toneladas de papel, intentando rescatar aquello que fuese importante, pero al final la pila de lo rescatable superaba a la pila de lo desechable; “sin miramientos” me dije y todo fue a parar al contenedor del papel (creo que he salvado almenos media docena de árboles), todo menos algunas cosas entrañables: un álbum de cromos de “Maravillas del mundo”, algunos tebeos, un par de cuadernos con mis primeros trabajos escolares, números especiales de Fotogramas, Dirigido y Cinemanía, ejemplares de El País con noticias en portada que ya comienzan a ser historia….Al final “las cajas” quedaron reducidas a “la caja”, me la he traído a casa y la he guardado en un armario.

Entre las cosas rescatadas también se encuentra un ejemplar de la revista “Personas” de marzo de 1976. Cuando lo vi me produjo la misma impresión que hace 31 años y no es que entonces yo leyese revistas ni diarios ni nada que no fuesen tebeos y libros infantiles, pero en aquel número se publicó el dibujo que podéis ver más abajo y ese ultraje me dolió en lo más profundo ¿quién podía atreverse a tratar de ese modo tan soez a mi ídolo? Heidi era mi personaje favorito; álbumes de cromos, cuentos, camisetas, cuadernos completos donde reproducía a la niña de las montañas (llegué a ser una verdadera experta al pintar aquel puntiagudo flequillo imposible) y alguien tuvo la desagradable osadía de hacer esta caricatura. Nunca he querido volver a ver las sucesivas reposiciones de estos dibujos animados, prefería quedarme con el grato recuerdo de la infancia, y de repente me encuentro con esto!!!!!!.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Que fue antes, la gallina, o el huevo?... El idiota, sin duda alguna. Quedate con tus recuerdos, que graciosos te los vas a encontrar siempre.

Besos

elbuenaviador dijo...

Bueno, eso de los inventarios me lo conozco bastante bien. A mi madre también le dan esos sirocos en los que amenaza con tirarlo todo. La suerte es que siempre avisa y que ahora que ni mi hermano ni yo estamos en casa la cosa se ha calmado y lo conserva todo en su sitio (lo cual es un placer, porque no es agradable llegar a casa y ver que todo está cambiado).

El dibujo no me sorprende tanto, pues te podría mostrar a cierto grupo que utilizó a Heidi en plan pornográfico. No obstante me abstendré, no quiero ser el responsable que la caida de un mito y que mueras infartada por la impresión.
Mis primos y yo jugábamos con otros ídolos, tipo Caballeros del Zodíaco. Aunque puestos a pensar, unos dibujos que eran una constante en nuestros juegos (y nunca han sido repuestos) son los Bioman. Eso ha contribuido a que la gente no los recuerde bien y me sienta más privilegiado por ello (ser de los pocos que los recuerdan).

Ahora, un tiempo después y gracias a tu entrada, me resulta muy curioso comprobar que vemos o sentimos cosas que a la larga no nos impresionan del mismo modo. Aquellos dibujos y los juegos que conllevaban quedan indeleblemente marcados en la memoria y mirarlos con ojos infantiles es lo mejor que nos ha podido pasar.

Besos desde el aire.
Pd. ¿te perdiste la "carrera" del domingo?

M dijo...

qué malo es viajar al pasado a través de las cajas que se guardan en las casas de la familia, que malo, que malo...
qué malo encontrar al niño que un dia fuiste y querer tirarlo porque ocupa lugar, cuando intentamos continuamente retenerlo en otros espacios, en la mente, en los recuerdos...
que malo es viajar al pasado y encontrarte que cambiaste mucho, que no has cambiado nada...